CULTURA Y REGIONALIDADES
El área de concentración surge de la articulación comprensiva de dos conceptos interconectados que fundamentan la propia área: cultura y regionalidades; la primera como matriz perceptiva de fenómenos tejidos entre valores y significados que organizan la vida social a lo largo del tiempo y la segunda derivada de la noción de región, problematizándola, entendida como procedimiento y perspectiva que percibe los objetos de análisis en sus múltiples relaciones. La propuesta epistemológica basada en la regionalidad pretende superar y criticar la noción común de región como mero recorte territorial o locus naturalizado, receptáculo donde tienen lugar las relaciones socioculturales. Se trata de un concepto tributario del concepto de espacio como construcción social, cultural e histórica que es producida y reproducida por las prácticas sociales y políticas de los grupos que lo conforman. Lo que el concepto de región añade a la noción de espacio como construcción social son las perspectivas relacionales e interaccionales en permanente transformación. Con esta concepción, la articulación de los conceptos de cultura y regionalidad busca enfatizar la complejidad de un abordaje que reconoce y problematiza el entrelazamiento intrínseco entre tiempo y espacio. Comprender cómo se regionalizan los procesos históricos a partir de las experiencias y representaciones de los diferentes individuos, grupos, clases y culturas que los componen pretende contrarrestar las las metanarrativas universalizadoras y hegemónicas que homogeneizan la experiencia histórica. Así, el estudio centrado en cómo las construcciones discursivas, la producción y configuración de significados y los procesos identitarios se entrelazan y manifiestan en un tiempo/espacio determinado es fundamental tanto para comprender las específicas y variadas relaciones sociales que caracterizan la vida humana, como para formular una historiografía efectivamente comprometida con la comprensión de experiencias y alternativas de organización social.
Al articular cultura y regionalidades, proponemos un abordaje integrado e inseparable de las dimensiones material, simbólica e ideológica de los objetos y temas investigados, una construcción multidimensional y abierta que destaca la idea de una espacialidad múltiple en una misma o múltiples dinámicas temporales. Pero también asumimos la posición de que los espacios en cuestión no se reducen a su dimensión física, pues son también ordenamientos dimensionales entre sujetos y objetos, incluyendo regionalidades epistemológicas, referenciales, virtuales, sociales, etc.: sujetos, objetos, temas y abordajes son definidos y pensados relacionalmente en términos de referencias que establecen una regionalidad en la que los elementos se ordenan y significan desde su lugar, evitando así abordarlos per se o en sí mismos o recurrir a conceptos esencialistas.
Al tomar la complejidad de las perspectivas espacio-temporales como eje de los temas y objetos de investigación, lo innovador no es la elección temática -ya que todos los temas de análisis se insertan en dimensiones espaciales y temporales- sino el énfasis en la complejidad de las lógicas locales y regionales de producción social y cultural en lugar de simplificaciones generalizadas.
En resumen, la articulación de los conceptos de cultura y regionalidades como fundamento epistemológico de un programa de investigación apunta a una noción de historia abierta, inherentemente constituida en la multiplicidad de puntos de vista que surgen de diferentes experiencias y posiciones. El énfasis en las regionalidades se hace eco de la relevancia del Programa, destacando la importancia del contexto regional, enriqueciendo así la investigación histórica al considerar las intrincadas dinámicas locales en la construcción de la historiografía.